Entonces todo fue polvo, 2005



Entonces todo fue aire de palabras

hechas polvo y superficie de rostros

tan cercanos a algo.

Que apretaba la garganta.


Partículas suspendidas esperantes

sonrientes sostenidos sobrecogidos

de ternura

ahogados de aguante.


Al calor de nuestras heridas abiertas

Por el hilo del amanecer

el sol nos daba su luz.


Salimos a buscar lo inmanifiesto en nosotros

el gris luminoso de la tarde nos perdió

justo ahí donde se hizo la mañana.


Bordeado, sin aviso,

el risco tomó forma de beso hermano.

Reventado lo apenas hermoso

y pulverizado por el aire

hecho piedra y pregunta

al borde de cada uno

nos fuimos yendo.


Y con cada partida

La ciudad fue más ciudad

Y la tarde una espiral insomne y ruidosa

ya sin gente, sin señal.

El ojo escupe su cristalino

descompuesto de amor

disociado, pelado y recompuesto

a ciegas.


Y Como si fuese cayendo hacia arriba

Fui enjuiciado por el sueño.


Y la vi pasar.

E irse,

La Ruina.



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