Un problema transparente arruinado, 2006

La fotocopia es la principal fuente de libre distribución en papel del material intelectual, en paralelo al comercio editorial; en este medio la figura de la fotocopia íntegra es causa de violación a los derechos de autor, lo que se interpreta como perjuicio directo a la esforzosa situación económica del creador. Se dice entonces que la fotocopia arruina la empresa creadora, a la vez que la libera de su limitada circulación.

Al tiempo de conocer la obra de J.L.M., llegó a mis manos desde la V Región un proceso de encuadernación del material fotocopiado que consiste en copiar dos páginas abiertas en una sola cara de la hoja y luego doblarla por la mitad reproduciendo el formato Libro; por este método la semántica editorial se ve alterada revelando la simplicidad del acto de editar: el protocolo editorial es solo un orden a reproducir. Llamaré a este proceso arruinar.

Al fotocopiar la edición arruinada de un libro se obtiene la edición original, lo que vuelve a la ruina una matriz de impresión.

Una fotocopia de La Nueva Novela se ve doblemente afectada por una ruina. Su resistente orden editorial se dispara produciendo paradojas. Una de ellas sino la más visible es la que le ocurre al poema llamado Un problema transparente. La objetualidad evidente del poema queda expuesta desde su interior. Irónicamente, el problema se resuelve en un objeto no discursivo.

Siga estas breves instrucciones para reproducir una versión en formato real o a escala de Un problema transparente arruinado.






_El Problema de la Transparencia Arruinada




_Operatoria/Aparición:



La Ruina parte la hoja en dos

La abre de par en par

Enfrenta el dorso con el reverso

Retrueca el anverso

Besa a tiro con retiro

La Ruina observa a la Transparencia

observándose a sí misma.





Entonces todo fue polvo, 2005



Entonces todo fue aire de palabras

hechas polvo y superficie de rostros

tan cercanos a algo.

Que apretaba la garganta.


Partículas suspendidas esperantes

sonrientes sostenidos sobrecogidos

de ternura

ahogados de aguante.


Al calor de nuestras heridas abiertas

Por el hilo del amanecer

el sol nos daba su luz.


Salimos a buscar lo inmanifiesto en nosotros

el gris luminoso de la tarde nos perdió

justo ahí donde se hizo la mañana.


Bordeado, sin aviso,

el risco tomó forma de beso hermano.

Reventado lo apenas hermoso

y pulverizado por el aire

hecho piedra y pregunta

al borde de cada uno

nos fuimos yendo.


Y con cada partida

La ciudad fue más ciudad

Y la tarde una espiral insomne y ruidosa

ya sin gente, sin señal.

El ojo escupe su cristalino

descompuesto de amor

disociado, pelado y recompuesto

a ciegas.


Y Como si fuese cayendo hacia arriba

Fui enjuiciado por el sueño.


Y la vi pasar.

E irse,

La Ruina.